Historias de ruta, vol. 1

Para empezar, cabría aclarar que en Morelos al transporte colectivo conocido como "micro" o "pesero" se le llama "ruta".

Así que he decidido hacerle un espacio en el blog a esas disertaciones que voy haciendo en los viajes de cuarenta minutos que hago diario a la universidad (o de regreso).

Y es que una va bien tranquila pensando en el crush o en la tesis o en ambos y ¡bam! ex-algo (?) salvaje aparece. Pero, espera, se cortó el cabello. Y se lo pintó unos cinco tonos más obscuro. Y dejó de ser darks, interesante ¿con cuántos hombres que se visten de negro has salido? Eso no viene al caso. No te sientes junto a mi. Pfff, gracias a la muchacha que decidió ocupar el espacio al lado mío. 

Jajaja, obvio no eres tú (¿O sí?)
Pero eres idéntico (¿O no?)

¿Porqué te sientas justo delante de mi? Vale, me perturbas, pero puedo con ésto. Oye, ¿no vivías en el D.F.? ¿Qué haces aquí? ¿Me estás siguiendo? Después de todo, que bien que me alejé de tí, no pienso pasar el resto de mi vida con alguien que hace un viaje de tres horas a otra ciudad por mi...no, si lo haría, es decir, es un viaje de tres horas por mí.

Pero obvio, no eres tú.

Salimos tres veces, y luego te enojaste. Debería golpearte ahora que puedo. Pero no, no puedo, el que está aquí no eres tú. Tú me harías una escena y llorarías, y luego me contarías que eres así por tu trágico pasado. Vale, tu pasado si es trágico, pero no por eso tienes que enojarte porque no me conecto a las 12 de la noche que llegas a tu casa porque la universidad te queda super lejos, y luego decir que estás sensible por tus exámenes. Vaya, si no supiera que es una frase sexista, diría que siempre soy el hombre en las relaciones.

¿Ya te vas? Te bajas en el Centro ¿eh? Está bien. Desde luego que no eres tú, tú no usarías una gorra con tanto swag, o una gorra, o algo divertido.

Ojalá donde quiera que estés hayas superado tu trágico pasado y a tu ex-novia, la que te ponía el cuerno y por eso le pusiste el cuerno conmigo, aunque eso lo supe como dos meses después.